martedì 13 marzo 2012

Caridad: el pretexto de la barbarie


El sábado, 10 de marzo de 2012 se realizó una expropiación de artículos de primera necesidad, en la cadena de supermercados Verópulos en el barrio de Nea Liosia. Los compañeros o compañeras repartieron los productos expropiados a la gente del mercadillo de al lado, repartiendo a la vez el siguiente texto:

A mediados de enero el gobierno de los banqueros y de sus funcionarios públicos comunicó que está prohibido a los agentes no-oficiales organizar comidas u otros actos de solidaridad (por ejemplo, recolección de alimentos, de ropa, etc.). Así, según el comunicado oficial, sólo organizaciones no gubernamentales (ONG), agencias gubernamentales y la Iglesia, van a tener derecho a ofrecer comidas de beneficencia. Además, durante todo este tiempo, en los medios de comunicación como Sky o los del complejo Lambrakis, hay mucha palabrería sobre “las personas prójimas a nosotros sin hogar y los nuevos pobres”, a las que debemos ayudar, para que no mueran de hambre. Al tiempo llaman a la gente a proporcionar ayuda alimentaria, etc y expresar de esta manera su solidaridad. Por otro lado, el Estado, cada vez que encuentra la oportunidad, muestra sus dientes a los pobres y a las personas sin hogar, que se van multiplicando a causa los memorandos, mientras que los demás agentes “sensibles” consienten eso. Por ejemplo, al mismo tiempo que se emitieron estos comunicados “caritativos”, fuerzas policiales procedieron a por lo menos tres evacuaciones violentas de edificios que habían estado ocupados por personas sin hogar bajo las condiciones climáticas más adversas. Uno de estos edificios está en Tesalónica y los dos restantes en Atenas: la fábrica de Columbia en el barrio de Patissia, abandonada desde muchos años y el abandonado centro cultural del municipio de Atenas en la calle mayor de la Academia, en el centro de la ciudad.

Estos “señores” (Estado, Iglesia, dueños de canales televisivos), que supuestamente se preocupan por las personas sin hogar, son los mismos que apoyan con todas sus fuerzas, desde los diferentes puestos de Poder que ostentan, las “nuevas medidas” aplastantes. Son los mismos que hacen crecer la pobreza y la miseria en la sociedad, son los que en sus empresas aplican fielmente los memorándum, son los que quieren que los trabajadores trabajen gratis, sin derechos, para el “desarrollo y la competitividad de la economía”.

Es claro lo que pretenden a través de la gestión social. Primero, el registro, el control y la humillación de las personas sin hogar y de los otros pobres. Es un proceso que ocurre en cada momento histórico, en el cual el sistema capitalista está en crisis y muchos “están de sobra”. Es un proceso que tiene lugar de muchas maneras. Es indicativo que aunque cumplan los criterios cada vez más estrictos todos los beneficiarios de las prestaciones sociales (subsidios para prolíficos, subsidios de asistencia social) o los pensionistas, se ven forzados una y otra vez a ir presentando nuevos documentos que cumplan con unos criterios cada vez más estrictos, para demostrar que son los mismos que eran ayer: un ciclo vicioso de situación de rehenes y de humillación. En segundo lugar, la dependencia total de estos componentes de la sociedad, del Estado o de agentes institucionales. Aquellos que conducen a estos componentes de la sociedad a la hambruna son los que quieren garantizar su supervivencia humillante, tratando de establecer más masivamente un “tercer mundo” dentro del “primero”, donde las “víctimas” de la crisis capitalista tendrán que esperar pacientemente la caridad de sus verdugos. En tercer lugar, tratan de impedir y detener todos los movimientos de solidaridad por parte de asambleas barriales o de otros colectivos, que proponen que tomemos la vida en nuestras manos y que luchemos por la vida que nos están quitando. Si los pobres, los desempleados, los sin hogar, los “residuos” de la crisis, están totalmente dependientes y controlados por el Estado y sus “simpatizantes institucionales”, sus amos pueden dormir más tranquilos. Los que sujetan el látigo y la zanahoria están preparando para exterminarnos. Los que sobrevivamos constituiremos un grupo de desempleados, listos para cualquier uso que sirva a su desarrollo/rentabilidad.

Jamás han mejorado las condiciones de vida de la caridad y la benevolencia de los patrones. Basta con que echemos un vistazo al llamado tercer mundo. Las condiciones de vida miserables coexisten con Unisef, con los “médicos del mundo” y decenas de otras organizaciones de caridad. En cambio, nosotros creemos que la única manera de salir de la crisis es la lucha contra todos los opresores de nuestra vida y la lucha contra el sistema capitalista que se alimenta de seres humanos. En vez de la caridad hipócrita de los dominantes, proponemos la acción auto-organizada. Una faceta de ella es la expropiación colectiva y el reparto de productos de los supermercados en los mercadillos más cercanos. Nosotros, “los de abajo” para nosotros “los de de abajo”.

Invadir los supermercados, negarse a pagar. Guerra a la guerra de la patronal.

Proleta(g)ríos, Proleta(g)rias[1]

El texto en griego.

https://athens.indymedia.org/front.php3?lang=el&article_id=1384705


http://verba-volant.info/es/caridad-el-pretexto-de-la-barbarie/#more-2699

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